Resumo
Significó para mí un gran honor –y claramente un desafío– recibir la invitación a realizar el editorial de este nuevo volumen de Odontoestomatología, revista que ha crecido no solo en su frecuencia y regularidad sino en la calidad y enjundia de sus artículos, al punto que hoy –gracias al inagotable impulso de sus responsables– ha ingresado a Lilacs, portal SciELO y Latindex. Ello es posible por las condiciones creadas en la Facultad en los últimos años.
El proceder de otra facultad, me permite –de alguna manera– permanecer como observador “imparcial” de la evolución sostenida de la Facultad de Odontología en todos los rubros, hasta alcanzar recientemente –en lo institucional– la acreditación de la carrera en su primer intento. Gran logro, sostenido entre otras cosas por el impulso y el trabajo de sus autoridades, funcionarios docentes y no docentes y estudiantes que, mancomunados en el espíritu de crecimiento, han permeabilizado las vías para alcanzar esta meta –no menor– de nuestra casa de estudios.
También en la esfera de posgrado fue inmenso el paso adelante dado con la creación de varias carreras, superando el rezago histórico en la formación de odontólogos especialistas, en relación a otras instituciones universitarias de nuestro propio país y del MERCOSUR.
Nuestra Facultad identificó oportunamente como problema la falta de investigación de nuestros cuadros docentes. Hoy, en el nuevo Plan de Estudios 2011, se incorpora la “investigación” como curso curricular obligatorio. Gran paso adelante que equipa al grupo docente de herramientas para el desempeño legítimo de su actividad académica. Es inevitable hoy reconocer lo transitorio del conocimiento y el avance insoslayable del mismo, al punto que para el docente de nuestros días se hace imperativo –hoy más que nunca– enseñar no ya el conocimiento propio de los temas, sino las vías de acceso al mismo.
La evolución que hemos visto –desde el Comité Editorial al que pertenezco– en la rigurosidad de los controles de la Revista Odontoestomatología, se inscribe también en el camino a la excelencia. Los docentes seguramente seremos aún mejores cuando logremos capacitarnos mediante la investigación de los problemas que nos atañen, porque solo a través de ella podremos darnos cuenta del largo, extenso y desafiante camino a recorrer. Al mismo tiempo nos ubica espiritualmente en nuestro justo lugar, con la humildad necesaria para reconocer que -aún docentes de larga trayectoria-, todos, junto a nuestros estudiantes de grado o post-grado, estamos en el mismo camino de ida.
En las postrimerías de mi carrera académica aprovecho esta vía para enviar un afectuoso saludo a todos los miembros de nuestra Facultad, autoridades, funcionarios docentes –en particular a los compañeros de largos años de la cátedra–, no docentes, estudiantes de grado y postgrado, y también egresados, con muchos de los cuales tuve la felicidad de compartir momentos significativos en mi vida.