La FO en proceso de Plan de Mejoras

El 16 de mayo se realizará la Jornada La FO se revisa, un evento institucional que reunirá a la comunidad de la FO para intercambiar sobre propuestas de mejora en ocho dimensiones: enseñanza, investigación, extensión, contexto institucional, comunidad universitaria, infraestructura, asistencia y autoevaluación.

La instancia parte de un borrador de trabajo elaborado por la Comisión de Evaluación Institucional y Acreditación de la FO (Ceiyafo), en base a la participación previa de estudiantes, docentes, funcionarias/os y egresadas/os.

En esta entrevista, Álvaro Silva, integrante de la Ceiyafo ―quien ha participado también en otros procesos de evaluación en otras facultades de Udelar― explica sobre la importancia de la autoevaluación institucional, así como de involucrar a la comunidad FO en el diálogo y cuáles vienen siendo los principales aprendizajes y desafíos en este proceso de evaluación.

¿Por qué es importante realizar un proceso de autoevaluación en una institución y cuál es la situación de otras facultades?

―Bueno, la Universidad de la República, ya desde los inicios de los 2000, tenía entre sus ejes de desarrollo, plantearse un conjunto de desafíos nuevos. Y empezó a generar algunos procesos de mirar y de mirarse y de buscar nuevas respuestas.

Eso se detuvo un tiempo y, a partir de los últimos ocho años empieza a darse de forma más sistemática retomar aquello que era una inquietud. Se instala una comisión de evaluación institucional y acreditación a nivel central y se generan apoyos para conformar equipos que durante un año llevaran un proceso de evaluación institucional que, a su vez, tiene tres etapas: la autoevaluación de la comunidad universitaria de ese servicio, la evaluación de evaluadores pares externos, que toman el informe de la etapa anterior de autoevaluación y la tercera que es el plan de mejoras, que se formula a partir de todo lo que miró la comunidad y todo lo que sugirieron los externos.

Hoy tengo entendido que están casi todos los servicios, por no decir todos, cumplidos con la autoevaluación institucional, muy buena parte ya tienen la mirada de los pares y alguno ya tiene algún plan de mejoras, lo más cercano a una implementación posible, digamos.

Entonces, es importante, porque el objetivo de estos procesos no es, en principio, rendir cuentas ante terceros, sino de mejorarse, de tener una mirada crítica y autocrítica para decir, en determinadas cuestiones vamos bien, y hay que consolidar, y hay que fortalecer, y hay que apostar, y en otras cosas tenemos limitaciones, tenemos algunas sombras, algunas cosas que podríamos mejorar.

¿Cuál es la diferencia entre la evaluación y la acreditación?

―La acreditación es un proceso parecido, pero no es el mismo, tiene tres etapas también: de auto-evaluación, evaluación por pares y de plan de mejoras, pero es para obtener un sello de calidad frente a un tercero que es ARCUSUR, que es el mecanismo de Acreditación Regional de Carreras Universitarias del MERCOSUR. Entonces, la Odontología a nivel MERCOSUR se puso de acuerdo en que sus universidades tienen que cumplir determinados criterios y entonces chequean esos criterios. Eso tiene un montón de beneficios, fundamentalmente, para docentes y estudiantes, porque podés circular con, por ejemplo, un mecanismo de movilidad que puedas ir a cursar cosas a otro lado y traerte créditos automáticos si vas a una universidad que está acreditada también.

En realidad tiene unas etapas muy similares, pero el objetivo es distinto y los criterios a veces también cambian. La evaluación institucional es más para mejorarse y la Universidad de la República mirar cómo puede pararse mejor y responder mejor ante los desafíos de la sociedad. Y la otra no, la otra tiene, bueno, alcanza determinados acuerdos entre Argentina, Brasil, Paraguay y las universidades de la región para decir cumple o no cumple con ciertos requisitos.

Entonces, bueno, en ambos procesos puede haber cosas muy similares y por eso la Facultad de Odontología optó por hacer los dos procesos en simultáneo. Porque hay información que te permite circular de un lado para el otro.

Y con respecto a los procesos de evaluación anterior, ¿qué cambios se visualizan?

―Hubo una apuesta sostenida a la formación permanente de los docentes, sobre todo a nivel de posgrado, hubo una apuesta a nivel de la Escuela de Graduados con diferentes carreras de especialización, la maestría y el doctorado, que se fueron consolidando en diferentes años. También se trabajó en toda una línea de becas para apoyo de materiales y en la incorporación de tecnologías, hoy tenés, por ejemplo, toda una línea de enseñanza a través de simuladores.

Después, hay algunas cuestiones a nivel de infraestructura, toda una zona de laboratorios, sobre todo, en las salas de planta baja, que son todos boxes nuevos, que potenciaron todo un área de metros cuadrados con nuevo equipamiento.

Después, hay otros obstáculos para los estudiantes como venir en la noche y no hay horarios suficientes, porque a veces no hay docentes suficientes. Entonces, bueno, hubo una apuesta gradual al aumento de horas docentes, de que los nuevos concursos fueran teniendo algún promedio mayor de carga horaria. Y esto también vino de la mano con la constitución de departamentos académicos, que es otra cosa que en la evaluación institucional anterior no estaba.

¿Por qué el Plan se estructura en estas ocho dimensiones?

―Seis dimensiones venían desde nivel central, pero fueron construidas colectivamente. Básicamente, son las tres funciones universitarias: investigación, enseñanza y extensión. Y después hay otras tres dimensiones que son: contexto institucional, es decir, si hay un plan estratégico, cómo se construye la normativa, cómo funcionan las autoridades; también está la dimensión de infraestructura y la última que tiene que ver con comunidad universitaria, que involucra a docentes, estudiantes, egresados y egresadas, y funcionarios TAS.

En Odontología se agregaron en particular, la asistencia. Al ser del Área Salud, se entendió que la asistencia era una dimensión en sí misma. Y la octava es la autoevaluación institucional, que en realidad está un poco desagregada y se va recorriendo en las distintas dimensiones, pero se quería enfatizar que la evaluación institucional no es un proceso de lo que hacemos durante el año, llenamos un informe, viene gente de afuera, hacemos un plan de mejoras y lo guardamos en un escritorio, sino que el plan de mejoras hay que implementarlo, acompañando el funcionamiento diario. Por eso se planteó esta octava dimensión con esta intención de que sea algo permanente, una cultura de la evaluación.

¿Qué aprendizajes ha llevado este proceso y cuáles han sido los desafíos?

―Uno de los mayores aprendizajes es que hay información para caracterizar la dinámica de la institución. A veces, la información está dispersa o no tenemos conocimiento que en un lado se está generando o no hay sistemas transversales, donde con determinados permisos y filtros uno puede acceder a determinados niveles de compartir esa información. Entonces, la información está en realidad, porque puede haber como un cierto cliché en decir que no hay información. Hay veces que está bien, puede faltar o no es la más actualizada. La información actualizada nunca va a ser, porque mañana ya tenemos otra información. Entonces, el tema es cuándo uno mira estos procesos como una foto dentro de una película, en algún momento hay que sacar la foto.

Ese es un poco el desafío. La contra cara de ese aprendizaje es el desafío de que no lo utilicemos como excusa, sino que aprendamos a andar con esta información disponible y mejorémosla, y generemos procesos para ir mejorándola. Otro de los desafíos es, justamente, cómo generar un telón de fondo, una matriz compartida en la cultura institucional donde la evaluación sea algo valioso, importante, y no sea una cosa, como provocada, sino que sea una apropiación colectiva.

Tenemos el desafío de que se vaya incorporando cada vez más en la dinámica de los equipos. Ahí tenemos la confianza de que la jornada del 16 de mayo de Odontología se revisa pueda ser un mojón. No decimos que sea algo nuevo, porque esto forma parte de un proceso más largo o lento, pero un mojón donde la gente al estar compartiendo una reflexión, pueda mirarse como una comunidad, más allá del equipo en el que está, y que podamos mirar a la facultad en su conjunto y digamos que en investigación hay que avanzar por acá, en enseñanza hay que ir por acá, en infraestructura hay que hacer tales o cuales apuestas.

Entonces, generar el hito o el mojón es también de alguna forma generar el espacio más físico de que nos veamos. Creo que ahí está el desafío más grande, involucrar a la comunidad de la facultad, y que eso mueva la dinámica institucional.

Cuando vos te ves con los otros, decís: “algo se está moviendo o está pasando”. Está bien, uno puede decir: “no quise venir”, pero mirá que ahí se deciden cosas o se dejan planteadas algunas cosas. Si no las decís, o sea, no hay peor gestión que la que no se hace. Entonces, si estás y las decís, ese es el lugar.

¿Qué va a pasar en la Jornada Odontología se revisa el 16 de mayo?

―Hay un borrador de Plan de Mejoras, para que no salgamos de cero, que reúne cuestiones que nosotros vimos. Hay algunas cosas que ya están muy bien, y que está bueno consolidar, pero en general es de mejora, es un borrador en estas ocho dimensiones que señalábamos. Es borrador porque no queremos partir la discusión de cero, pero a su vez sabemos que esta Comisión [Ceiyafo] no es la última palabra, sino que la comunidad a partir de eso tiene más cosas para decir, para aportar, para complementar, para decir, entonces, para eso, una jornada condensa esa reflexión. Tenemos dos momentos, uno en la mañana y otro en la tarde, obviamente que la participación es abierta a toda la jornada, pero también va a circular un formulario de inscripción para elegir en qué dimensiones participar si no se puede participar todo el día o se tiene más afinidad con unas dimensiones determinadas.

La idea ahí es reunir más pareceres, más voces y enriquecer ese borrador para que después cuando tenga que acercarse al Consejo pueda tener como una buena dosis de integralidad. El borrador no está en cero, estaría bueno si la gente puede dedicarle algunos días previos a leer, por lo menos sobre la dimensión en la que va a participar. Hay un gesto muy importante de la facultad y es que suspende las clases ese día para priorizar esto, entonces los estudiantes también van a poder participar si tienen ganas y motivación, porque se quiere jerarquizar eso, que estemos concentrados todos en eso.

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